En esta ocasión vamos a hablar de
un animal típico español: el asno doméstico, conocido por todos como el burro.
Nos encontramos ante unos mamíferos con
orejas largas, crin erecta y diversas tonalidades y espesura de pelo. Son
dóciles hasta límites insospechados, con una capacidad de aguante
incuestionable, rudos y delicados, toscos y tiernos, inteligentes y
agradecidos. Actualmente se cree que en España hay unos 60.000 ejemplares, una
cifra bastante baja si se compara con el millón que se estima que había en
nuestro país hace 40 años.
También viven muchos burros en Irlanda, donde fueron
introducidos desde España a cambio de caballos durante la guerra napoleónica.
El asno es un Ungulado Perisodáctilo (O.Perissodactyla) grupo que comprende los
caballos, las cebras, los rinocerontes y los tapires, de los cuales en Europa
no existen ejemplares verdaderamente salvajes. Pertenece a la familia de los
équidos (F. Equidae) que están caracterizados por tener un único dedo con una
ancha pezuña en cada extremidad.
El burro es un animal doméstico
desde hace unos 6.000 años cuando comenzó a usársele como bestia de carga. A lo
largo de los tiempos ha habido diferentes cruces entre diferentes especies que
han dado lugar a nuevos mamíferos de la misma familia que los burros- Entre
estos animales están la mula, que es el resultado del cruce de yegua con burro o
el burdégano, que es el cruce entre caballo y burra.
En España podemos encontrar
diferentes razas como los burros Encartaciones, los Mallorquines, los Rucio…
Aunque las tres razas autóctonas son el burro Zamorano Leonés, el Cordobés
Andaluz y el Catalán, los dos primeros en peligro de extinción.
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